RESPIRACIÓN ANAERÓBICA
La respiración anaerobia (o anaeróbica) es un proceso de respiración celular de oxido reducción de un monosacárido en el cual se tiene en cuenta el metabolismo anaeróbico y otros
compuestos en el que el aceptor terminal de electrones es una molécula inorgánica distinta del oxígeno, y más raramente una molécula orgánica,
a través de una cadena transportadora de electrones análoga a la de la mitocondria en la respiración aerobia. No debe confundirse con la fermentación, que es un proceso también
anaeróbico, pero en el que no participa nada parecido a una cadena
transportadora de electrones y el aceptor final de electrones es
siempre una molécula orgánica como el piruvato. Es un proceso metabólico exclusivo de
ciertos microorganismos.
Características.
En el proceso
no se usa oxígeno, sino otra
sustancia oxidante distinta como el sulfato o el nitrato. En las
bacterias con respiración anaerobia interviene también una cadena transportadora de electrones en la que se re oxidan los coenzimas reducidos durante la oxidación de los substratos nutrientes; es la análoga de la respiración aerobia, ya que se compone de los mismos elementos (citocromos, quinonas, proteinas ferro sulfúricas, etc.). La única diferencia, por
lo tanto radica, en que el aceptor último de electrones no es el oxígeno.
Todos los posibles
aceptores en la respiración anaeróbica tienen un potencial de reducción menor que el
O2, por lo que, partiendo de los mismos sustratos (glucosa, aminoácidos, triglicéridos), se genera
menos energía en este metabolismo que en la respiración aerobia convencional.
No hay que
confundir la respiración anaeróbica con la fermentación, en la que
no existe en absoluto cadena de transporte de electrones, y el
aceptor final de electrones es una molécula orgánica; estos dos tipos de metabolismo tienen solo
en común el no ser dependientes del oxígeno.